Los becarios que forman el laboratorio de paisaje son los encargados de conferir a esa extensión de terreno de la que habla la RAE las cualidades necesarias para considerarlas desde aspectos artísticos.
Como se ha mencionado anteriormente, serán los encargados de atender a las necesidades de otras disciplinas, dotándolas de los talleres necesarios, auditorios o salas de conciertos y escenarios cuando sea preciso, salas expositivas, etc...
Al mismo tiempo, dada la función de laboratorio que tiene y la naturaleza temporal de los proyectos, les permite a sus creadores experimentar y presentar una serie de instalaciones en las cuales se utilizan materiales inexplorados y técnicas novedosas con una libertad infrecuente en la arquitectura, experimentar tanto con los materiales como con el público, fundamentales éstos para garantizar su éxito. Este hecho permite a los arquitectos profundizar en una amplia gama de posibilidades de diseño.
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